Publicado por: Toni Martins em 2021-11-30

Un día, no recuerdo cuándo ni dónde, leí sobre formaciones rocosas y cuevas que llamaban Capillas de Mármol. El nombre y la ubicación se mantuvieron en mi memoria y también mi curiosidad. Cuando planeé el viaje por América del Sur en 4x4, las famosas capillas sin duda me vinieron a la mente y estuvieron inmediatamente en el programa para visitar. Tomamos la Ruta 40 hacia Los Antiguos (Argentina). En Los Antiguos compré una bolsa de 2Kg de cerezas porque era su temporada y me fui a la frontera con Chile que estaba a poco más de 5Km. Me hice cargo de los trámites fronterizos y no sé cómo, la policía vio mi bolsa de cerezas (No puede pasar). Y no entendía la razón por la que no podía ir allí, me quejé, pero ellos lo querían porque querían las cerezas.. (de ninguna manera, no tengo prisa, así que me las comeré todas antes irme de viaje) y así lo hice. Después de los trámites de devorar las cerezas, continuamos nuestro viaje hacia Puerto Río Tranquilo (177 km) por un camino de ripio (pequeñas piedras y tierra), en el camino ni una casa, ni un bar, nada, solo paisajes impresionantes. Por el camino me encontré con unos aventureros, un americano que hacía el viaje por el continente americano en una bicicleta de pedales con remolque que llevaba un Pastor Alemán y dos americanos que hacían el mismo viaje pero a pie. Como había cruzado la frontera en la mañana, terminé llegando a Puerto Río Tranquilo al final del día. Encontré alojamiento fácilmente (sin lujos, pero limpio y acogedor) y pasamos la noche para ver cómo podíamos visitar las famosas capillas al día siguiente. Temprano en la mañana, durante el desayuno, el dueño nos informó que había botes en el muelle que hacían este recorrido, así que lo hicimos, fuimos al muelle, tomamos uno de los botes y fuimos a visitar las capillas. Los barcos llevan a otras personas, si las hay, no son tours exclusivos (a menos que te contraten). La visita incluyendo el tiempo de viaje (alrededor de media hora) dura en total unas 2 horas. La pregunta que siempre me hacen (¿vale la pena?) Sí, vale la pena, no solo por la visita a las ermitas, sino por todo el paisaje a lo largo del camino que bordea el lago General Carrera.